El investigador Brunet (citado por Naranjo, 2017) asume los planteamientos de Likert, en cuanto a identificar dos (2) grandes categorías discriminantes sobre el clima organizacional con sus pertinentes subcategorías, tal como se presentan a continuación:
Clima de Tipo Autoritario
·
Autoritarismo
explotador: típicamente entran en esta tipología los jefes que desconfían de los
empleados, tienen en control de las decisiones, son ellos quienes establecen
las metas y las acciones. Respecto a las necesidades, se ubican en niveles
psicológicos y de seguridad, a sí mismo. El reconocimiento sucede de forma
esporádica.
· Autoritarismo paternalista:
se caracteriza por un sistema de premios y castigos que pretenden servir de motivación a los empleados. Las decisiones son generalmente tomadas por quienes detentan los cargos de alta jerarquía, aunque de vez en cuando se delegan algunas en niveles inferiores. Aunque el ambiente se percibe estructurado y con estabilidad, en realidad las necesidades sociales son utilizadas para manipular.Clima
de Tipo Participativo
·
Consultivo: tiene el rasgo
fundamental de promover la participación, ofrece espacios para la expresión de
opiniones de los empleados al momento de definir políticas, evidenciando hasta
cierto punto aprecio y confianza. No obstante, las decisiones son
estructuradas, según la posición que se ocupa. Se privilegian los incentivos
antes que la amonestación, en procura de satisfacer necesidades de prestigio y
estima. De igual forma, los mecanismos de comunicación van desde los estratos
superiores hacia los subordinados.
· Participativo en grupo:
es un clima de
participación donde la confianza es plena, hacia sus empleados. Las decisiones
están descentralizadas, distribuirse por toda la organización integrándose en
los niveles, la comunicación fluye en todas las direcciones: vertical y
horizontal, de forma multidireccional. Se generan condiciones para que la
motivación de los empleados hacia la participación y el compromiso encuentren
espacios para manifestarse, tanto en el establecimiento de objetivos, el
mejoramiento continuo de procesos o métodos de trabajo, la valoración del
rendimiento, se propicia una interacción fraternal entre los empleados y el
personal de dirección que constituye así, un equipo de trabajo que está
orientado al logro de los objetivos estratégicos, enmarcados en la filosofía
institucional.
Bretones y
Mañas (citado por García 2012), toman en
cuenta tres eslabones de análisis que han originado tres tipos de clima
organizacional:
·
El “clima psicológico”, que está en asociación directa
con la forma de percibir las personas a su contexto.
·
El “clima agregado”, se refiere a las percepciones de
un conjunto de personas que pertenecen a un mismo departamento o instancia
organizacional. Al respecto, Gamero (2008, p. 226) define el clima afectivo
“como las experiencias compartidas por los miembros de un grupo de trabajo”.
·
El “clima colectivo”, que es identificado con las
percepciones compartidas por un conglomerado de individuos.
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